sábado, 13 de agosto de 2016

FELIZMENTE HIPOCRITA

El positivismo, una palabra que tintinea en mi oído a diario...Ser positivo, 
andar con una sonrisa y hacer que en tu vida todo está bien.
¿Por qué no darse esa licencia de sentir que todo va mal, de llorar y gritar cuando te sientes angustiado? al final de cuentas siempre te dirán que debes de actuar con pensamientos optimistas, mientras te ahogas con las preocupaciones por dentro, mientras sigas sintiendo que estás en un laberinto sin salida y que todo se ve oscuro. ¿Por qué ocultar nuestros sentimientos? ¿Por qué ser hipócrita y no sincero? 
Hoy me siento así, con muchas ganas de llorar, sentir que el mundo se me viene encima y ya no soy la hijita de mami que puede ocultarse o sentirse protegida y dejar la preocupación a los adultos, porque soy una de ellos. Eso me hace pensar que si hubiera sabido la responsabilidad que significa crecer, no lo hubiese querido hacer y estaría contenta disfrutando de mi niñez, ser alocada y no dar explicaciones a nadie, porque tan sólo era una niña. Pero ya está, soy adulta y afronto mis problemas con tesón y como una mujer de armas tomar que soy... Pero entonces me doy cuenta que llego al mismo punto donde empecé y realmente tengo mis minutos de lucidez y soy una persona positiva, aunque a veces quiero arrojarme de un abismo, y termino siendo hipocritamente feliz....

jueves, 11 de agosto de 2016

Agua y Fuego


El fuego y el agua, como el agua y el aceite ¿Cómo dos elementos tan diferentes, pueden ser tan similares a la vez? entregan la misma templanza y las ansias de hundirnos en sus movimientos.


Son como un amor imposible, no logran estar juntos, el agua apaga al fuego y el fuego enciende al agua.

Podría estar noches enteras componiendo melodías en torno a ambos y fijar mi vista, contener mi respiración en sus vaivenes, de perderme en la pasión del fuego o en la frescura del agua. Pero en cualquier momento el fuego me puede quemar y el agua me puede ahogar.

Ansío ir al mar y en la tranquilidad de un atardecer, observar sus olas chocando con las rocas.

Tengo la fascinación de una noche de frío, sentir el calor del fuego y ver su llama encender.

Sus sensaciones me estremecen, sus dos extremos me acarician y caigo como un bebé, sintiendo sus emanaciones de calor, de frío, de frescura y sensualidad.
Dos tan contrarios, pero iguales a la ves, dos que en mi cuerpo hacen un sólo placer...